Querido ¿Santo Padre?:
Soy, (o era, gracias a usted), una supernumeraria del Opus Dei de Barcelona. No he escondido mi parecer sobre su persona, basado en hechos no en opiniones, entre los sacerdotes con los que me he confesado e incluso entre los mismos laicos de esta institución.
Si bien me han amenazado con la expulsión, que al final no llegó, otros miembros del Opus Dei han recibido con incredulidad mi relato de sus desmanes en la Iglesia de Jesucristo. ¿Qué clase de ceguera preternatural los envuelve?
Pero no le llamaré Santo Padre, porque usted no es santo (¿qué santo arrancaría de su matriz viva a más de 80 mil laicos del Opus Dei sin contemplaciones a golpe de decreto dejándolos en una inseguridad moral terrible?), ni padre, sino un padrastro malvado que ataca lo bueno porque da gloria a Dios. Supongo que la demolición del Opus Dei será una de las condecoraciones más prestigiosas con las que Satanás le premiará cuando llegue al Infierno.
La lista de sus errores es inacabable pero basten algunos:
“Conozco a parejas que conviven que son tan fieles que tienen la gracia del sacramento” “María y José no nacieron santos se hicieron santos”, `los mandamientos de la Ley de Dios no son absolutos´, la apertura a la comunión sacrílega de `recasados´ tras Amoris laetitia, afirmar que los malvados no van al Infierno sino que sus almas se desintegran, el cambio sobre la moralidad de la pena de muerte, la idolatría de la Pachamama en la Basílica petrina, el igualar todas las religiones a raíz del documento de Abu Dhabi, su apoyo explícito a las uniones civiles homosexuales y a las agendas masónicas de la ONU, incluyendo una vacuna peligrosa y el cambio climático que no son de su incumbencia, el nombramiento de homosexuales /homosexualistas al episcopado, cardenalato, u otros cargos clave, la destitución de laicos, sacerdotes, obispos y cardenales que han defendido la verdad frente a sus disparates anticatólicos, los elogios o condecoraciones a abortistas tales como Emma Bonino y Lilianne Ploumen…, el desmantelamiento de la Academia Pontificia para la Vida nombrando a gente prosodomía/aborto/eutanasia/experimentación con embriones, entre sus miembros, la persecución a la Misa Tradicional e instituciones religiosas de corte tradicional/conservador, expulsión de monjas/es de monasterios, elogios a curas/laicos/artistas comunistas, blasfemos o herejes, la protección de curas abusadores o pederastas, ya desde su etapa argentina… ¿Sigo?
Su hipocresía crece a medida que su falso pontificado avanza, sin ir más lejos, en la JMJ de Lisboa iba pregonando como un descosido que en la Iglesia caben todos, sin embargo, al día siguiente, decenas de miles de laicos dejaron de caber en la Obra porque usted lo decretó así. Ya sabemos que no fue por capricho: es que no soporta a los católicos de los que se burla siempre que tiene ocasión porque siguen fielmente la doctrina de la Iglesia pues usted, como todos lo pecadores impenitentes, desea que todos vayan por el mal camino.
Está profetizado que la Iglesia minada por la masonería, de la que usted ostenta el máximo puesto, debe caer. Renacerá una nueva Iglesia donde ni los cínicos, ni los hipócritas, ni los ambiciosos, ni los lujuriosos tendrán cabida. Y esa Iglesia usted sólo la contemplará desde el palco de los Judas en el reino tenebroso de Satanás.